En sus viajes por el mundo, Barry Cox siempre quedaba encantado con la belleza de las iglesias que iba encontrando por su camino, así que cuando regresó a Nueva Zelanda decidió construirse una enteramente natural.

Utilizando la maquinaria de su empresa, dedicada a trasplantar árboles, empezó a diseñar y seleccionar cuáles debían ir en cada sitio, en función de sus características.

Para conseguir que los árboles ramificaran en la forma deseada, instaló una estructura de hierro, que retirará cuando las ramas sean más robustas.

Si algún día vas a la isla norte de Nueva Zelanda y te gustan las iglesias, entonces puedes pasar por Ohaupo. La 'Tree Church' está abierta al público (por 10 dólares de Nueva Zelanda) y disponible para bodas y sesiones fotográficas.