Según la Corte Internacional de La Haya, el diferendo territorial entre Bolivia y Chile no es un asunto resuelto, como argumentaba el país trasandino para impugnar su competencia, siendo esa decisión se considera definitiva y es inapelable.

Ahora puede que alguno de los países solicite una interpretación, en la que debe explicar las consideraciones en las que funda su desacuerdo con el fallo, o que solicite la revisión, que surge cuando el Estado disconforme descubre un hecho desconocido por la Corte y que puede cambiar la decisión inicial.

De no ocurrir nada de lo anterior, ambas naciones deberán discutir un nuevo acuerdo limítrofe que, eventualmente, permitiría a los bolivianos tener un acceso soberano al Pacífico a través de un corredor que una al país con ese océano.