Una vez más todas las encuestas en Grecia fallaron y a poco de comenzado el escrutinio quedó claro que el ex premier Tsipras revalidaba cómodo su liderazgo en el gobierno, mientras los conservadores de Nueva Democracia (ND), quedaban bastante lejos, con un 28% de los votos.


Tan contundente fue la victoria que con menos del 25% escrutado, el líder de los conservadores, Vangelis Meimarakis, reconoció oficialmente la derrota.


Uno de los pocos distritos que ganó ND fue la isla de Lesbos, el principal punto de llegada actualmente de refugiados e inmigrantes de Medio Oriente a Europa. Según el gobierno griego, miles llegan todas las semanas y la isla está colapsada.


Lesbos y Kos, además, duplicaron los votos por los xenófobos y neonazis de Amanecer Dorado con respecto a la elección anterior.


"Felicito a Tsipras -aseguró Meimarakis ante un grupo de periodistas frente a su sede partidaria en Atenas- y le pido que forme el gobierno que es necesario y que lo presente ante el Parlamento", aseguró el dirigente ante un grupo de periodistas frente a la sede de su partido, según la agencia de noticias EFE.


Con el 35% escrutado, Syriza obtuvo 145 de las 300 bancas del Parlamento nacional y si se alían con los nacionalistas de derecha de Griegos Independientes y sus 10 escaños, como hicieron tras la elección de enero pasado, superarán la mayoría de 151 diputados necesaria para gobernar.


Por su parte, el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, felicitó en su cuenta de la red Twitter a Alexis Tsipras, y dijo esperar "que se constituya velozmente un nuevo gobierno con mandato para continuar el proceso de reforma" y se mostró dispuesto a "trabajar estrechamente" en esos "esfuerzos ambiciosos de reforma".


La televisión pública griega anunció que Tsipras reeditará su alianza con los Griegos Independientes y poco después el líder de esta fuerza de extrema derecha anti inmigrantes, Panos Kammenos, pareció confirmar esa posibilidad.


"Mañana a la mañana avanzaremos con el primer ministro Tsipras para abandonar las políticas de austeridad", adelantó Kammenos.


En su discurso celebratorio de la victoria, Tsipras se abrazó con Kammenos, que estaba en el escenario.


Tsipras también se adelantó al final del escrutinio y a su propio discurso de victoria al publicar en su cuenta de Twitter la foto de una ave sobrevolando el agua con una leyenda encima: "Tenemos por delante un camino de duro trabajo y lucha".


Pese a la alegría que dominaba a Syriza, la abstención fue, sin dudas, una de las principales protagonistas de la jornada electoral.

La participación, según resultados aún provisorios, se situó por encima del 55%, es decir ocho puntos por debajo de lo que se registró en la elección de enero pasado, cuando Syriza y Tsipras sorprendieron a Europa y ganaron el poder.


El adelanto de los comicios, tras apenas siete meses de gestión de Tsipras, se produjo tras su renuncia el mes pasado poco después de sufrir una rebelión del ala más radical del partido por el acuerdo de rescate financiero con los acreedores europeos del país, el tercero desde 2010, firmado pese a que una mayoría lo rechazó en un referéndum sólo días antes.


El giro político de Tsipras, luego de conseguir un fuerte respaldo cuando más del 60% de los griegos votaron en contra de las medidas de austeridad reclamadas por los acreedores de a eurozona, no sólo quebró a Syriza sino que dejó sin rumbo a muchos simpatizantes de izquierda que en enero pasado habían votado por un cambio.


Al mismo tiempo, el giro de Tsipras echó por tierra todos los pronósticos fatalistas que describían al entonces premier como un líder radical, dispuesto a salirse de la eurozona y romper con la UE.


Al dar marcha y aceptar un nuevo paquete de medidas de ajuste, Tsipras se ganó el apoyo de amplios sectores de centro, quienes pese a estar sufriendo con la crisis económica, creen que la salida de la moneda única sería aún peor para el país.


Su giro a favor de los acreedores europeos también le valió hoy gestos amables por parte de algunos de los dirigentes de la Unión Europea (UE) que más lo golpearon este año.


Uno de los primeros en felicitar a Tsipras por renovar su mandato fue el presidente del Europarlamento, Martin Schulz, según el mismo contó en su cuenta de Twitter, una de las voces que más habían cuestionado al líder de Syriza en su cruzada fallida por poner fin a la doctrina de austeridad en Europa.


"Ahora un gobierno sólido listo para cumplir rápido con lo que se necesita", escribió el dirigente europeo, en clara referencia al paquete de reformas, privatizaciones y ajustes que debe aprobar el próximo gobierno griego para cumplir con lo acordado con sus acreedores de la eurozona.


El presidente francés, Francois Hollande, también felicitó a Tsipras y dijo que su elección es una "victoria para Grecia y también para Europa".


El Parlamento elegido en los comicios de hoy se parecerá mucho al que viene de disolverse.


Contabilizado el 80% de los sufragios, Syriza obtenía 35,5% de los votos, y su seguidor Nueva Democracia 28,2%. Esto le otorga al partido de izquierda 145 bancas y al segundo 75.


En tercer lugar se consolidó la fuerza neonazi de Amanecer Dorado, con un 7,0% de los votos y 18 bancas, mientras lo siguen los socialdemócratas del Pasok con un 6,3% y 17 escaños, y los comunistas del KKE 5,5% de los votos y 15 diputados.


Más abajo se encuentran casi empatados con un poco más del 3% y con 10 bancas cada uno el centrista To Potami, los nacionalistas de derecha Griegos Independientes, socios del gobierno de Tsipras este año, y la Unión de Centristas, una formación fundada hace más de dos décadas, que nunca había logrado entrar al Parlamento.

Estos últimos por primera vez están superando el umbral electoral del 3%.


De confirmarse la la tendencia actual, la recién creada Unidad Popular, el partido de izquierda escindido de Syriza y que más fuerte criticó el giro político de Tsipras a favor de renovar las políticas de austeridad, no logrará entrar al nuevo Parlamento griego. Apenas obtuvo 2,9% de los votos.