La semana pasada, el Consejo Europeo adoptó una declaración sobre el caso del evenenamiento del doble agente  Sergué Skripal- y su hija- en el que destacó que se comparte con Reino Unido la posición "muy probable" de que Rusia fuera la responsable del ataque, en territorio británico.

El caso Skripal desató una crisis diplomática  con la expulsión de 23 diplomáticos rusos de Reino Unido, mientras que Estados Unidos expulsó a 60, donde no solo se suma el caso del doble agente sino también las tensiones por la llamada trama rusa que habría llevado a Trump al poder. 

"Mantenemos una solidaridad incondicional con Reino Unido frente a este grave desafío a nuestra seguridad compartida", reza la declaración ajena a las tensiones por el brexit y marcando una clara unión europea ante el avance ruso. 

Ahora, Alemania, Polonia y Francia han confirmado que cada país expulsará a cuatro diplomáticos rusos. Mientras que Lituania anuncia que expulsará a tres, y Letonia a uno. Estonia, por su parte, anuncia la expulsión del agregado militar de la Embajada rusa en el país báltico. Dinamarca, los Países Bajos, República Checa, Italia y Ucrania también se sumaron a las expulsiones. 

Por el momento, Moscú denunció que "la formulación empleada por la  Unión Europea (UE), que atribuye a Rusia la responsabilidad de lo ocurrido solo a partir de que no hay otra explicación alternativa verosímil, constituye otra acusación infundada contra nosotros". Según el Ministerio de Exteriores ruso, la UE "prefirió seguir el curso de la nueva campaña antirrusa lanzada por Londres y sus aliados transatlánticos con el objetivo evidente de poner un obstáculo más a la normalización de la situación en el continente europeo".