Los dos aspirantes, el presidente Juan Manuel Santos, que busca la reelección como candidato de la coalición Unidad Nacional, y Óscar Iván Zuluaga, del movimiento uribista Centro Democrático, manifestaron su confianza en el triunfo pese a que las últimas encuestas mostraron una gran paridad entre ambos.

"Estamos entusiasmados y optimistas por todas estas adhesiones que hemos recibido en estos quince días, son sintomáticas, pero el verdadero resultado se verá este domingo", afirmó el mandatario en una entrevista.

Según Santos, pudo sentir en todo el país el "entusiasmo" de la ciudadanía con su propuesta centrada en la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los dos grupos guerrilleros del país con los que su gobierno dialoga para poner fin a medio siglo de conflicto armado.

Zuluaga, que fue el más votado en la primera vuelta del 25 de mayo, con el 29.25 % contra el 25.69 % de Santos, también expresó su confianza en que este domingo el resultado de las urnas le será favorable.

"Desde ya les auguro a todos los colombianos que desde el próximo domingo después de las cinco de la tarde espero dirigirme a cada uno de los colombianos como el nuevo presidente de todos", dijo Zuluaga en una rueda de prensa en su sede de campaña en Bogotá.

Zuluaga representa en estas elecciones las ideas del ex presidente Álvaro Uribe, quien fue el mentor de Santos hace cuatro años y hoy es su principal opositor con un duro discurso contra la forma como el gobierno maneja el proceso de paz.

Tanto Santos como Zuluaga, que fueron ministros de Uribe, han forjado sus propias alianzas y sumado adhesiones de diferentes sectores en las tres últimas semanas, pero su gran desafío está en atraer el voto de los indecisos y principalmente de los desencantados con la política que no se entusiasman con ninguno candidato.

De los casi 33 millones de ciudadanos llamados a las urnas, en la primera vuelta sólo votaron 13.2 millones, es decir el 40.07 %, lo que significa que casi 20 millones prefirieron no votar.

La abstención en esa primera vuelta fue la más alta de los últimos 20 años en el país, donde el voto no es obligatorio, por lo que captar a esa parte del electorado es una de las claves de la elección.