Gabriel Boric es un presidente atípico no solo por su corta edad. A sus 35 años asumió el mando en Chile y desde ese momento no ha dejado de mandar señales de que algo nuevo corre por la política de América.

Al ser consultado sobre la ausencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua en la próxima Cumbre de las América, en vez de darle rodeos y enfrascarse en complicados intríngulis para no ofender a las izquierdas regionales, criticó con dureza la falta de derechos humanos de esos regímenes pero al mismo marcó como un error que sean excluidos de la Cumbre.