Esta semana se llevó a cabo la toma del cargo por parte del director brasileño de la represa hidroeléctrica de Itaipú, donde coincidieron los presidentes Jair Bolsonaro y el paraguayo Mario Abdo Benítez.

A la hora de los discursos, ni el presidente de Paraguay, emparentado familiarmente con Alfredo Stroessner, se atrevió a rendir homenaje al exdictador: Bolsonaro no tuvo prurito alguno.

Al referirse a la historia de la represa, el brasileño recordó a los precursores y calificó como “hombre de visión y estadista” a quien gobernó Paraguay entre 1954 y 1989, una larga dictadura que se cobró la vida de decenas de miles de paraguayos.

“Todo esto fue posible con un hombre de visión, estadista y que sabía perfectamente que su país, Paraguay, necesitaría crecer y, entonces, mi homenaje en honor al general Alfredo Stroessner”, dijo Bolsonaro.