En enero de 2017, el recluso Andrew Holland de 36 años- y quien sufría de esquizofrenia desde los 20- permaneció atado a una silla durante 46 horas y fue abandonado a su suerte hasta morir en California, Estados Unidos.  

La noticia sobre este episodio de crueldad y abuso policial se conoció ahora, después de una investigación periodística en el que se revisaron las cámaras de seguridad de la prisión y se comprobó no solo lo abusivo del castigo- lo habían atado para que no se golpee a si mismo- sino también las burlas por parte del personal. 

El medio The San Luis Obispo Tribune fue quien dio a conocer el terrible vÍdeo de un caso por el que la familia del condenado fue resarcida, luego de que se comprobaran los abusos, y que aseguró que destinaran el dinero para crear una fundación que trabaje para ayudar a los presos con enfermedades mentales.