El juez mexicano Vicente Antonio Bermúdez Zacarías que - entre otros casos- frenó la extradición de El Chapo Guzmán y decretó la polémica medida de arraigo o prisión provisional de 40 días para Abigael González Valencia, alias El Cuini (cabecilla del cartel de Jalisco) fue asesinado cuando salió de su hogar con ánimos de correr. 

Además el juez sobreseyó hace unos días la petición de traslado de Gildardo López Astudillo, alias El Gil, considerado el jefe de los sicarios que presuntamente ordenó la eliminación de  los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Situaciones sensibles que hacen pensar a la justicia que podría haber un vínculo entre el asesinato del juez y un ajuste de cuentas por parte del narcotráfico.

Bermúdez tenía 37 años y en la mañana del lunes alguien se le acercó por la espalda, hasta menos de 30 centímetros de él, y le disparó en la nuca. El juez falleció horas después en un hospital cercano. 

En poco más de un mes fueron asesinados a sangre fría al menos tres jueces en dos de las entidades más peligrosas del país: dos en Guerrero y ahora, el de Bermúdez, en el Estado de México.