En un comunicado, Barack Obama- que deberá entregar el poder el próximo 20 de enero- señaló: “Hoy, EE UU está dando pasos importantes para avanzar hacia la normalizaciónde relaciones con Cuba y darle una mayor consistencia a nuestra política migratoria”. Y defendió el acercamiento a la isla como “la mejor manera de garantizar que los cubanos pueden disfrutar de prosperidad, buscar reformas y determinar su propio destino”.

Se trata del fin de la política conocida como “pies secos, pies mojados”que mantenía Estados Unidos, desde hace 20 años, hacia los imnigrantes cubanos que permitía- en casi todos los casos- que permanecieran en ese país. La Ley de Ajuste Cubano de 1966 que garantizaba que todo isleño que entrara al país de forma legal podría obtener la residencia al año y un día de poner pie en territorio estadounidense.

En 1995, bajo el Gobierno de Bill Clinton, dicha normativa tuvo un agregado y pasó a ser conocida como "pies secos, pies mojados". Fue durante la crisis de los balseros que Clinton determinó que todo cubano interceptado en el mar (“pies mojados”) era devuelto a la isla, mientras que aquellos que lograran tocar tierra (“pies secos”) podían permanecer en EE UU.

Otro de los programas inmigratorios cancelados es el  programa conocido como Parole de Médicos Cubanos (“Cuban Medical Professional Parole”), implementada en 2006 y denunciada, en ese entonces, por Fidel Castro como un "robo de cerebros". 

El programa, creado por el Gobierno de George W. Bush, incentivaba la deserción de médicos destinados en misiones fuera de Cuba y les permitía ingresa a Estados Unidos a través de cualquier embajada estadounidense en un tercer país. 

“EE UU y Cuba están trabajando juntos para combatir enfermedades que ponen en peligro la salud y las vidas de nuestros pueblos. Al dar tratamiento preferencial al personal médico cubano, el programa condicional para los médicos contradice esos esfuerzos, y arriesga causar daño al pueblo cubano”, justificó Obama. 

Reacción de Cuba 

El Gobierno de la isla, presidida por Raúl Castro, celebró la eliminación de estos dos “escollos”y planteó que se trata de “un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales”, iniciadas en 2014. 

Aunque subrayaron que para llegar a la normalización completa entre ambas naciones es necesaria la derogación de la Ley de Ajuste Cubano, “única de su tipo en el mundo que no se corresponde con el contexto bilateral actual”, como así también el levantamiento del embargo económico que pesa sobre la isla; algo que debe ser aprobado por el Congreso de Estados Unidos. 

Antes de retirarse, Barack Obama pone fin a la política migratoria de Washington hacia Cuba

La Pequeña Habana de Miami

Las reacciones en el reducto de inmigrantes y exiliados cubanos en Florida fueron diversas, desde quienes se mostraron preocupados, los que festejaron y quienes señalaron “Y qué importa, si ahora viene Trump y lo cambia todo otra vez”.

Entre los que salieron de la isla están quienes se consideran exiliados políticos y  los nuevos, a los que se califica- muchas veces despectivamente por parte de los primeros-  de “emigrantes económicos”.

“En mi época entrábamos por falta de libertades”, afirmó Teresa García, 58 años, en diálogo con El País y agregó:  “Los jóvenes que vienen ahora no quieren ni oír hablar de política. Dicen que vienen buscando una vida mejor nada más. Aquí había que dar de una vez un stop”. 

El alcalde de Miami, Tomás Regalado-de origen cubano-acusó a Obama de “hacerle un favor al régimen de La Habana”, dado que la eliminación de esta norma era un viejo reclamo castrista. 

"El deportador en jefe (aludiendo a Obama) acaba de crear la figura del balsero cubano indocumentado”, advirtió en Radio Mambí el anticastrista Ramón Saúl Sánchez, del Movimiento Democracia. Mientras que Brian Guerra de 16 años se lamentó: "Yo sé que no es justo que los de otros países no tengan los beneficios que tenemos los cubanos, pero es mi gente y yo era feliz con la idea de que los que venían se podían quedar". 

Fuente: El País