Finalmente, tras diversas polémicas durante la campaña- como la vuelta del archivo de su defensa del genocida Pinochet-; Sebastián Piñera volvió a ocupar la presidencia de Chile en un nuevo mandato que promete realizar cambios a la política llevada a cabo por el gobierno de la saliente, Michelle Bachelet. 

En  su primer día de gestión, el Gobierno de Piñera presentó una reforma tributaria para este año y un ajuste fiscal. El anuncio lo hizo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, que aseguró "tenemos que simplificar el sistema tributario, hacerlo más amigable con el contribuyentes"; un proyecto que puede poner en peligro las políticas educativas gratuitas que impulsó Bachelet.  

Por su parte, Piñera dialogó con El País y se mostró confiado con su retorno al Ejecutivo chileno. "Buscamos cumplir cuatro grandes acuerdos nacionales: un gran acuerdo por la infancia, para el combate contra la delincuencia, modernizar el Estado y para transformar a Chile en un plazo de ocho años en el primer, ojalá no el único, país de América Latina que alcance el desarrollo y derrote la pobreza", aseguró el mandatario. 

Y remarcó que "La reforma educacional que hizo la presidenta [Bachelet] se preocupó de muchas cosas, menos de lo más importante: la calidad de la educación en la sala de clases y ahí está el talón de Aquiles de los países que aspiran a dejar atrás el subdesarrollo". 

También insistió con que "La izquierda en Chile siempre ha tenido algunas pretensiones. Una es que algunos piensan que son los únicos que tienen legitimidad para gobernar Chile. Eso es un error garrafal, es no comprender la democracia. Segundo, tiene la pretensión de una preocupación exclusiva por los sectores más vulnerables, otro error."

Por otro lado,  el presidente chileno confirmó que aceptó la renuncia del general director de Carabineros, Bruno Villalobos que se vio envuelto en un escándalo por fraude de varios millones de pesos en la llamada “Operación Huracán”.