El gobierno de Merkel reveló que estudia hacer gratuito el transporte público en cinco ciudades piloto y en segunda instancia podría hacerse extensivo a Berlín y otras ciudades. La idea es desalentar el uso del auto particular y disminuir así la contaminación ambiental.

La propuesta surge como respuesta a las presiones de la Comisión Europea para que las ciudades alemanes reduzcan sus emisiones de sustancias contaminantes, como el óxido de nitrógeno.

Además se prevén nuevas restricciones para el tránsito particular y el transporte de cargas. Si Alemania no cumple con las exigencias de la UE se podría ver expuesta a una demanda en la Corte Europea de Justicia, lo que el gobierno de Merkel busca evitar.

En una carta enviada a las autoridades de Bruselas, el jefe de Gabinete de Merkel y los ministros de Ambiente y de Transporte informan que prevén comenzar un piloto en Essen, Bonn, Mannheim, Reutlingen y Herrenberg.

El gobierno alemán no reveló más detalles de la iniciativa, que en principio cuenta con el respaldo de los dos principales partidos, la Unión Cristiano-Demócrata (CDU) de Merkel y el Partido Socialdemócrata (SPD).

Aún así, se descuenta que el transporte público gratuito sería solventado con subsidios del gobierno federal alemán a las regiones y municipios que son las encargadas de prestar los servicios. 

En una segunda instancia, si el plan es exitoso, está prevista su extensión a otras ciudades afectadas por el incumplimiento de los criterios de contaminación de la UE, entre las que se encuentran Berlín, Dresde, Múnich, Hamburgo, Hanover o Colonia, entre otras.