Sería la primera vez en la historia de la democracia estadounidense en la que un presidente que termina el cargo no está presente en la asunción de su sucesor. Y es muy probable que suceda, ya que Donald Trump anunció en su cuenta de twitter que no asistirá.

Más allá de las connotaciones simbólicas que esto conlleva, políticamente significa dejar abierto un frente de batalla contra la nueva administración, siendo la cabeza de un grupo conspiranoico y dispuesto a todo para tener nuevamente a su líder en el poder.