En sintonía con lo que fue su primera intervención ante el Rey de Jordania, el Papa Francisco volvió a destacar durante su misa la necesidad de resaltar la paz como solución a los conflictos de la región. "La paz no se vende", manifestó durante la homilía.

"Aquí nos encontramos no muy lejos del lugar en el que el Espíritu Santo descendió sobre Jesús, después del bautismo de Juan en el Jordán”, dijo Francisco al comienzo de su homilía. “La paz se consolida si reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano", aseguró.

“Las diversas intervenciones del Espíritu Santo -dijo- forman parte de un único proyecto divino de amor. Su misión consiste en generar armonía, y obrar la paz en situaciones diversas. La diversidad de personas y de ideas no debe provocar rechazo porque la variedad es siempre una riqueza”.

Además, el Papa Argentino, se refirió a la importancia del perdón y la reconciliación. “Hoy invoco al Espíritu Santo, pidiendo que prepare el camino de la paz y de la unidad. Es necesario realizar gestos de fraternidad, de perdón y de reconciliación, premisas para una paz sólida y duradera. Para sentirnos todos hermanos y para alejar de nosotros los rencores y las divisiones. Es lo que nos pide Jesús en el Evangelio”.

“El mundo nos pide esto: llevar la paz, ser sus testigos. La paz no se puede comprar, no se vende. Es un don que hemos de buscar pacientemente. Construir artesanalmente. Mediante pequeños y grandes gestos en nuestra vida cotidiana. El camino de la paz se consolida si reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano”.

Para terminar, el Sumo Pontífice envió un saludo especial a los millones de refugiados que padecen en Medio Oriente. “Mi corazón se dirige también a los numerosos refugiados cristianos. Todos nosotros, con nuestro corazón, dirijámonos a todos ellos, a los numerosos refugiados provenientes de Palestina, Siria e Irak”.