La Villa Olímpica de Londres fue el lugar elegido por el primer ministro británico para rechazar la independencia de Escocia del Reino Unido y ser víctima de un chascarrillo.

Allí, Cameron afirmó este viernes que no soportaría ver "destrozado" al Reino Unido si Escocia obtiene su independencia e insistió en que quedan siete meses para salvar al país de la secesión.

Pero, en medio de su discurso altanero y optimista afirmó: "Nuestro gran Reino Unido, valiente, genial, bucanero, generoso, tolerante, orgulloso, es nuestro país".

El término 'bucanero' tiene su origen en habitantes occidentales de centroamérica que se dedicaban a cazar vacas y cerdos salvajes para vender la carne a los navíos del Mar Caribe.

Pero, a partir de los siglos XVII y XVIII, el término tomó otra connotación y pasó a ser un sinónimo de la piratería, albergando a los navegantes que cometían actos delictivos en tierras lejanas y altamar.

El primero ministro no se percató de su traspié y continuó: "Lo construimos juntos, ladrillo a ladrillo, Escocia, Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte (...) Este es nuestro hogar y no podría soportar ver la casa destrozada”.

Según afirmó, el mundo puede perder “algo muy poderoso” si “la familia de naciones” del Reino Unido se separa para siempre.

Según afirmó, el mundo puede perder “algo muy poderoso” si “la familia de naciones” del Reino Unido se separa para siempre y sentenció: "Estoy orgulloso de mis herencia escocesa, así como lo estoy de mi herencia inglesa”.

El jefe del Gobierno recurrió a sus raíces escocesas y a los beneficios económicos, culturales y políticos de la unión para manifestar su oposición a la independencia, que defiende el ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond.