El plan del Ministerio de Salud tiene como novedad que Brasil incorporará, de entrada, la vacuna Coronavac y la del laboratorio AstraZeneca junto a la Universidad de Oxford, que a nivel local desarrolla el laboratorio público Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).

Según se estima en el Gobierno brasileño, la vacunación de 50 millones de personas de grupos prioritarios se iniciará "en el primer trimestre de 2021" y demorará en total 16 meses, es decir, hasta mediados de 2022, para completar a la población de más de 216 millones de habitantes.

Bolsonaro, en un acto con decenas de personas sin máscara en el Palacio del Planalto, dijo que la vacuna no será obligatoria pero sí gratuita para la población.

Luego de decir en abril que era una "gripecita" la pandemia que ya mató a más de 182.000 brasileños, hoy aclaró: "Si alguno de nosotros exageró en sus posiciones fue en el afán de buscar soluciones".

Bolsonaro, de esta forma, parece haber llegado a una pacificación sobre la vacuna china frente al gobernador paulista, Joao Doria, que planifica iniciar unilaterlamente una inmunización el 25 de enero.

"Todos los brasileños deben ser tratados iguales", dijo Bolsonaro, entre aplausos.

El mandatario aclaró que las vacunas deben ser aprobadas como seguras y efectivas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) antes de que puedan aplicarse.

Bolsonaro dijo ayer en San Pablo, luego de un evento con unas 5.000 personas sin máscaras en el mercado de abasto, que él no va a aplicarse la vacuna, arrojando dudas sobre su seguridad.

El mandatario también anunció que firmará un decreto esta semana para liberar 4.800 millones de dólares para la adquisición de dosis, en el marco del protocolo de entendimiento firmado con la farmacéutica estadounidense Pfizer.

Sin embargo, el plan no fija fechas y apenas prevé cuatro grupos prioritarios esenciales que suman 50 millones de personas que recibirán dos dosis en un intervalo de 14 días entre la primera y la segunda inyección.