"A quien le gusta el indio, que vaya a Bolivia, que, además de ser comunista, sigue presidida por un indio", declaró el diputado brasileño Gustavo Amorim, aliado de Jair Bolsonaro en el gobierno del vecino país.

El legislador del PSL habló así al proyecto oficial con el que pretende expulsar un asentamiento indígena de la ciudad de Rio de Janeiro.

Dichas declaraciones causaron malestar en el gobierno boliviano, cuya ministra de Comunicación, Gisela López, calificó los dichos como “altamente racistas”, señalando al mismo tiempo que los pueblos indígenas del Brasil viven "hostigados" en sus territorios.

"Lo que ha dicho el diputado Amorim es altamente racista; desconoce, niega e ignora la existencia de más de 250 pueblos indígenas" en tierra brasileña, completó la funcionaria.

Vale recordar que, Evo Morales concurrió a la asunción de Bolsonaro y usó las redes sociales para calificarlo como “hermano”:

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