Tres historias rumbo a Mendoza para encontrarse con el Indio
Tres ricoteros relatan a Diario Registrado sus expectativas y cómo se organizaron para viajar a Mendoza, para reencontrarse luego de casi dos años con el Indio Solari, en esa "gran fiesta", en la "misa". Las historias del herrero de San Martín que no falta nunca, el periodista de Junín que irá con su hija, y un músico y cerrajero de Entre Ríos, que irá a ver al ex Redondos por primera vez.
Reza la canción de Los Redondos: "Esa banda inconsolable de perros sin folleto, brujas de alma sencilla, patéticos viajantes. Pobres tontos, pobres diablos, lunáticos diamantes, prometidos de carne, lánguidos, impalpables... son mis amantes".
Diario Registrado intercambió correos electrónicos con tres "ricoteros" del país que viajarán a Mendoza para ver el show del Indio Solari, tras casi dos años de ausencia. ¿Con quién viajan, cómo se organizan, sus expectativas?
En el autódromo de San Martín, se reunirán cerca de 100.000 amantes de Solari. Era imposible preguntarles a cada uno qué sienten. Estas tres breves historias ofrecen una pintura del amor, de fidelidad, de fe y razón, difícil de explicar para con una persona, que nada mas -¡y nada menos!-, hace canciones.
Ariel Rodas, herrero, de San Martín, 35 años.
"Después de casi dos años de espera estos días son interminables... Vamos en la camioneta de mi hermano Freddy, salimos a las tres de la madrugada del viernes. En la chata vamos las caras repetidas de Tandil (el guigui y el correntino... dos hermanos de la vida) y con un agregado más que especial... se suma a esta procesión el Tavi (mi hermano más chico), que por primera vez se prende en este viaje único y sin entender mucho".
"Somos de los que lamentablemente pagamos la reventa por la desesperación de no quedarnos afuera... una cagada, pero ya está", dice aunque no le da mucha importancia por haber pagado más del doble del valor de la entrada. "La gente amiga ya está organizada, mandamos a hacer remeras, el miércoles viajaron dos amigas, otras dos el jueves... Los que pueden se van acercar al camping en Lujan de Cuyo, donde el sábado al mediodía nos deleitaremos con un gran asado", escribe en el correo que intercambia con DR.
Ariel resume sobre todo cuánto espera del show, otra vez: "Hay olor a fiesta en el aire y espero que Mendoza sea eso... Una gran fiesta, donde nos volvemos a encontrar todos para celebrar la misa más grande del rock nacional..."
Y como posdata, aporta: "Además, esperando novedades del nuevo disco".
Aníbal Díaz, Junín, vive en La Plata, 40, periodista.
"Soy bostero y periodista (en ese orden). Tengo 40 años, padre de Micaela, separado y tengo novia, ja", escribe desde La Plata Aníbal y envía una foto del recital de Junín -en la que está con su su hija y sobrina-, de donde es oriundo.
"El sábado vamos con Micaela, mi hija de 19, que vive con la madre, estudiante Diseño en Comunicación Visual en Bellas Artes de La Plata.
"Me recabe el Indio, pero sería un caradura si me defino como ultrahiper ricotero... Con mi hija nos vemos poco, principalmente porque mi novia es de Junín y me rajo los sábados y domingos. Entonces ir a ver al Indio es algo que nos une, nos motiva a los dos, le da un toque de aventura, de viaje, de compartir algo más que unas horas, quizás tomar un birrín juntos. No hay mucha explicación, pero vamos".
"Viajamos con Guadalupe (22 años) y Facu (39). Son medios primos (padre e hija entre ellos), Guada es la más enfermita del Indio. Ella sufre, llora, cuenta los segundos para ir a verlo", detalla.
Una anécdota: "Apenas entramos al autódromo de Junín, el vendedor de birras nos dejó las cervezas y dijo que volvía a cobrar, no volvió y nos copeteamos a full".
Y cierra: "Salimos el viernes onda tardecita. Encaramos para la tierra del buen sol y el buen vino. Si pinta el sueño vamos a parar en Villa Mercedes, en lo de una tía".
A manera de posdata, revela cómo descubrió a Los Redondos: "Fue muy flashero conocer a Los Redondos. Un viernes de 1989 estábamos con los chicos en Junín, al pedo como siempre. Pasamos por un gimnasio y escuchamos música. Saltamos un portón, cruzamos un alambrado (nos fascinaba colarnos), abrimos una puertita... ¡Y no sabés lo que era eso!!! ¡Un escándalo!!! Un pogo zarpado. Los ricoteros danzaban como magnetizados en esa misa india adorando a su Dios: el Indio. Y sabés como se llama el club donde tocaban? Los Indios de Junín".
Darío Ledesma, , músico, vidriero y cerrajero, 32, de San José, Entre Ríos.
"Toco la guitarra, el bajo, la batería el piano, soy compositor... Es la primera vez que puedo ir a ver al Indio, mis amigos ya fueron otras veces, yo nunca pude ya que venimos tocando muy seguido con mi banda, La Morza, y tampoco conozco Mendoza". Y cuenta que va "en colectivo que alquilamos con 45 amigos más". Todos de Entre Ríos. "¿Expectativas? ¡ja! Dejar el corazón ahí, en el recital".
Cantará el Indio, una de sus más nuevas canciones, para todos ellos. "Sonríen todo el tiempo y se hacen ver, de lo felices que están de sonreír..."
Diario Registrado tendrá su enviado especial a Mendoza. El regreso a los escenarios del artistas local más convocante de nuestro rock lo ameritaba.