En 1966 y tras la gira por los Estados Unidos, los Beatles decidieron no tocar nunca más en vivo; entre las razones que esgrimieron para tal decisión aparecía que los fans y en especial las fans, ya no escuchaban a la banda, dedicándose en exclusiva a un griterío ensordecedor.

Salvando las distancias, Justin Bieber parece sufrir idéntico síndrome: el público va a sus conciertos no para escuchar su música sino para ver al ídolo juvenil moverse y gesticular sobre el escenario y, al compás de ese meneo, gritar...

Como les ocurriera a Lennon y a McCartney, al chico le ensordece ese constante griterío de las colmadas plateas y, en efecto, termina fastidiándose; como le ocurrió en uno de sus últimos shows, en la británica ciudad de Manchester.

"Sólo quería que me escucharan un poco", fue la explicación que 'el pibe Bieber' dio a través de Twitter luego de haber abandonado el show con evidente enojo.

"Probablemente alguna vez diré algo equivocado porque soy humano. No pretendo ser perfecto y le pido a Dios no decir lo correcto todo el tiempo porque, si ese fuera el caso, entonces sería un robot, y no soy un robot. Hay momentos en los que me molesto, hay veces en las que estoy frustrado. Pero siempre voy a ser yo mismo en este escenario. (...) Sólo quería que me escucharan un poco. Ciertas audiencias no van a querer escucharme", fue el texto que escribió y luego, nadie sabe por qué, eliminó.