Primero suavecito, y después va tomando más fuerza. Claro, hay que establecer los límites sexuales, para que nadie en la pareja se enoje con alguna propuesta.

Al evitar la percepción visual, el cuerpo aumenta la capacidad de sentir con el tacto, por consiguiente, la más mínima caricia se disfruta el doble. ¿Se animará Pardini a poner en práctica los conocimientos? Nieves demostró tenerla bastante clara.