Hay imitadores que consiguen sacar con exactitud el tono, el timbre y la cadencia de la voz de aquellos a quienes imitan. Es valorable ese logro y para muchos es suficiente y digno de risas y aplausos.

Pero hay otros que consigue algo más, meterse en la cabeza de sus imitados, pensar como ellos, actuar como ellos, y los personajes crecen en intensidad porque el parecido es aun más categórico.

Esto consiguió la Negra Vernaci al sacarle no solo el timbre de voz a Viviana Canosa sino también su tono -mezcla de irritación, sensualidad y comentarios fascistas- para alcanzar una imitación que provoca risa a pesar de la molestia.