Hay quienes producen crispación con su sola presencia y otros que tienen el don de ser queridos aún por aquellos que uno presumiría son inalcanzables. Coco Sily es uno de ellos.

Sin problemas para presentarse como peronista y defender los gobiernos kirchneristas, el tipo es querido hasta en la mesa de Mirtha Legrand.

Jey Mammon hizo su habitual ping-pong que todos contestan soportando las consecuencias de sus decisiones, y el Coco no le esquivó a las más inquietantes requisitorias y terminó con un final a toda orquesta.