La anécdota ocurre en un hotel en el medio del campo, durante una gira por el país: "Dos y media de la mañana nos golpean la puerta. Abrí y había una nena chiquita con un osito, me pidió azúcar", comenzó su historia el humorista.

Lo que parecía algo, poco habitual, pero creíble se tornó un poco pesado cuando continuó su relato: "Al otro día, hablamos con el dueño y le contamos lo que había pasado. Nos preguntó cómo era la nena. Así, así, asá. Nos insultó y se fue. Viene la mujer que había escuchado todo, y cuenta que esa chica era su hija. 'Mi hija está muerta', dijo la mujer", relató Viale.

El final de la historia es el menos esperado y con la tensión dramática en aumento. ¿Te vas a quedar con la intriga?