En la nueva edición de los Brit Awards, Katy Perry puso la cuota política cuando en su espectáculo subió al escenario del O2 Arena de Londres acompañada de dos esqueletos gigantes que hacían alusión al encuentro entre Donald Trump y Theresa May que tuvo lugar en enero pasado y que marcó el inicio de las visitas de líderes internacionales en la nueva era republicana de la Casa Blanca. 

El detalle de la coincidencia en la vestimenta de las marionetas gigantes no pasó desapercibido e inmediatamente se viralizó la crítica hacia los dos políticos. 

Katy Perry, que se autodefine como artista y activista, apoyó abiertamente la candidatura de Hillary Clinton a la presidencia e incluso grabó un divertido vídeo que invitaba a la población a votar- ya que no es obligatorio- para evitar que Trump llegue al poder.