“A nuestra cultura no le gusta que las personas con arrugas hablen sobre sexo. A los niños tampoco les gusta pensar que sus padres lo practican. Pero el grupo demográfico de más rápido crecimiento en el mundo son las mujeres mayores y muchas de ellas lo hacen de forma placentera”, dijo Jane fonda, la actriz de 81 años que se luce en la serie Grace and Frankie junto a su colega, Lily Tomlin en la mesa redonda anual de actrices de comedia convocada por The Hollywood Reporter.

En la divertida Grace and Frankie, que se puede ver por Netflix y que ya se anunció una sexta temporada para el año que viene. La serie ronda al rededor de dos mujeres que, tras divorciarse de sus respectivos maridos, al salir estos del armario y confesarles su relación, comienzan a vivir juntas y juntas hablan, claro está, de las relaciones sexuales que siguen manteniendo a su avanzada edad.

“La sexualidad femenina de las mujeres de 70 y 80 años ha sido objeto de broma o simplemente ignorada en el cine y la televisión”, explica la actriz, que acaba de estrenar también la película Book Club junto a otras actrices como Diane Keaton, Candice Bergen y Mary Steenburgen, en las que un grupo de amigas comparten opiniones sobre la erótica saga Cincuenta sombras de Grey.

Y fue de su propia experiencia de la surgieron muchas de las ideas para la serie. La actriz decidió escribir un libro tras entrevistar a personas de hasta 90 años y descubrió que, si bien se pierde la espontaneidad con el tiempo, las mujeres maduras conocen mejor sus cuerpos y ya no tienen miedo a pedir en la cama lo que les gusta. Ese texto se lo entregó a los guionistas. “Cuando tenía más de 40 años me dije que antes de morir quería poder representar en la cultura a mujeres mayores. A Lily y a mí nos comentan muchas mujeres mayores que les damos esperanza, y a las que no son tan mayores, que ahora ven otra manera de avanzar en la vida”. La ficción no debería contar la mitad de la historia (la de los hombres maduros), pero poco a poco el tema está dejando de ser tabú y nos iremos encontrando con más películas donde veremos a personas mayores mantener relaciones sexuales". 

Además de las relaciones sexuales a una edad madura, el reportaje plantea otras interesantes cuestiones. La relación madre hija, por ejemplo. Jane Fonda se ve reflejada en la infancia de la actriz Maya Rudolph, cuando ésta cuenta que creció sin madre y que se sintió como una imitadora femenina toda su vida. La madre de Jane Fonda, Frances Seymour, se suicidó a los 42 años y su padre Henry Fonda le hizo creer que había sido un accidente. Cuando otras actrices comentan que sus padres creían que eran marimachos, la Fonda también se suma: “Ellos también creían que yo era un chico”. Y termina admitiendo que ganar su primer Oscar (por Klute, en 1972) fue un error y que a la hora de elegir a sus personajes no le fue siempre del todo bien. Por ejemplo, con Confidencias de mujer (1962), drama basado en el Informe Kinsey sobre la sexualidad femenina abordando diferentes perfiles de mujeres. “Yo quería interpretar a la prostituta, pero el director George Cukor me eligió para ser la fría viuda”.