La tele, como se sospecha, nunca fue refugio para la cultura, la educación y la civilización… Muy por el contrario, ese maravilloso e insondable medio de comunicación se ha transformado con los años en divulgador de las peores taras de la especie humana.

Vaya como ejemplo aquella festichola de pizza y champán con que el menemismo buscaba celebrar el terrible triunfo del neoliberalismo en los 90, con la consecuente devastación social y económica que tuvo como secuela.

Y bien, con Mauricio Macri en el poder político parecen haber vuelto el neoliberalismo y, va de suyo, esa característica entre infantil y patética que refleja la tilinguería en su más alta expresión. Los ricos y famosos se solazan en la estupidez.

Y Susana, entre otros, te lo muestra por televisión.