Como un síndrome que acompaña a los que trabajan en televisión, exponer su vida privada parece algo que viene en el combo de la fama y el dinero.

Por eso llorar en cámara, insultar a su expareja, anunciar separaciones, embarazos o enamoramientos ante la vista de todos les parece tan natural.

Pero suele pasar que con el tiempo se arrepientan de haberse desnudado y expuesto sus sentimientos ante los demás.