Las estafas suelen ser dolorosas, pero resulta doble cuando la traición viene por parte de un amigo. Y así le pasó a Andy Kusnetzoff, según reveló en el clásico pase entre los programas de Radio Metro, Perros de la Calle y Basta de Todo.

La temática de la charla giraba en torno a los “garcas”, y allí el conductor de Perros contó que tuvo dos amigos que lo “garcaron”, y se explayó en la triste experiencia que vivió con uno de ellos.

“A uno lo conocí laburando, era muy amigo, lo llevaba a todos lados, era como de la familia”, reconoció Andy respecto a una persona que no quiso nombrar, y que, de acuerdo a su relato, trabajó con él en la productora Mandarina.

El conductor dijo que todo comenzó cuando tuvo que irse de viaje, y le dejó las llaves de su casa a su amigo para que le cambie un colchón, y cuando volvió se encontró todo hecho un desastre; le faltaban varias cosas, e incluso descubrió que había intentado ingresar en su home banking.

“No estaban ni las cervezas ni un whisky muy bueno que tenía, y mi tía me dijo que ella había pasado un día a ver cómo estaba todo y que era un desastre”, expresó Andy, y continuó: “El portero me lo confirmó; me dijo 'hubo fiestas, asados, armó partidas de póker, quilombo'”.

También, el conductor explicó que una vez en su casa, cuando prendió la computadora, además de encontrarse con que se habían vencido los intentos para ingresar a la web de su banco, halló que el historial de internet estaba repleto de sitios de prostitutas.

“Casi lo cago a trompadas, y encima hubo que pagarle una indemnización en la productora para echarlo, porque facturó con las facturas del padre”, agregó Andy, al tiempo que indicó que, con el correr del tiempo, se dio cuenta que, anteriormente, ya había estafado a varias personas más.

Pasó el tiempo, y el conductor lo encaró a su examigo para pedirle que le devuelva la “suma de miles de dólares” que le había prestado, aunque eso no pasó, ya que explicó: “Le hice firmar un pagaré y le dije 'andá dándome lo que puedas’, pero el tema es que si por mes me hubiera dado 40 pesos, yo lo perdonaba, y no me dio nada”.

“Una vez me mandó un mensaje y me puso '¿no podés perdonar a un amigo?'", concluyó su historia Kusnetzoff, quien confesó que su respuesta fue negativa.