Lo gracioso es que haya sido una chica Disney. Porque ahora es bardo, ruido, humo, lengua, tetas, pija. Todo. Miley Cyrus consiguió ser un quilombo del que millones de chicos y chicas se alimentan para expresar sus confusiones, ganas y hormonas revolucionadas.

La estrellita rebelde del pop publicó un par de fotos de la producción que hizo para la revista Candy. Y las fotos son aplausos. Aplausos porque Cyrus se anima a romper con algunas cuestiones que nadie, nunca, puso en duda en este tipo de medios.

De policía, succionando una cachiporra, con un cinturonga, con axilas sin depilar, Miley se la jugó y nos dejó bien en claro que no le importa mucho nada. O sí. Le importa todo y su mensaje es ese: ella es todo lo que representa y también todo lo que se cuestiona.

Después de haberse declarado pansexual, y de que ese término haya recorrido el mundo por ser ella quien lo llevó adelante, la chiquita no tan chiquita que saca la lengua en exceso y molesta a todos, es material infalible de los medios . Y, señora, señor, muchachos y muchachas, si sale en los medios, es porque vende. Y, si vende, es porque importa. Desde acá, con la humildad que nos caracteriza, le decimos a Cyrus que siga así. Erotismo Registrado te banca.