Vamos a hacer un repaso brevísimo y medio a los pedos sobre la historia de la pornografía. Podríamos simplemente mostrar las fotos, pero no, hay que darle una vueltita y nuestra vueltita es un poco de información que tal vez no sirva para nada pero te vas a enterar de cosas que no sabés.

La palabra pornografía viene de del griego, como casi todo. πόρνη significa pórnē, que a su vez significa 'prostituta' y γράφειν significa gráphein, que a su vez significa 'grabar, escribir, ilustrar'. Entonces, si pasamos en limpio y según el señor Wikipedia, pornografía dícese de descripción o ilustración de las prostitutas o de la prostitución.

Lo porno aparece durante toda la historia registrada del ser humano. Desde pinturitas quenchis en las paredes hasta muñequitos con penes gigantes, pero en el siglo XIX, durante la Época Victoriana, se empezó a comercializar y aumentó su distribución a partir de la producción en masa que permitió la Segunda Revolución Industrial.

La historia de la pornografía es gigante y de larguísima data, así que nos vamos a ocupar del momento en el que estas fotos fueron tomadas. Porque nuestros padres son nuestros padres porque hacían esas cosas, no las fotos, pero sí lo que hacen en las fotos.

A partir de los años '70, comenzó la revolución sexual, revolución que es la que aún transitamos. La famosa “Edad de Oro del porno”. Hacia 1890, la fotografía pornográfica toma gran popularidad entre los hombres de clases medias y clases altas, constando principalmente de fotografías de mujeres en completo desnudo o semi-desnudo. Pero todo siempre fue bastante ilegal, sobre todo las fotitos entre hombres, que, como no se podía, se comercializaban disfrazando la pornografía gay como porno artístico presentando escenas de la mitología greco-romana. Mi vida las cosas que se tienen que hacer para negar lo innegable: a muchos tipos les gustan los tipos, a muchas minas le gustan las minas. Y punto. Por suerte nada puede detener al placer.

En los años 70, la generación joven empezó a mirar cintas sexualmente explicitas en los cines que explotaban de gente con ganas de un poquitito de eso que tan oculto estaba. Y luego, la clave, del cine a casa, de la butaca al sillón. Los vhs la rompieron y el poder mirar algo íntimo en tu casita, generó que el producto se vuelva cada vez más masivo.

Después, toda la historia que ya conocemos, Internet y su infinito mundo de imágenes e información valiosa, pedorra y pornográfica. Internet trajo con sí, cientos de maneras de coger y casi podríamos asegurar que cambió a las relaciones sexuales casi de base, aunque siempre más o menos se hace lo mismo, hoy los objetos observados, los medios que generan placer, encontraron nuevas vías de comunicación, de descargue o desagote. Pero no nos animamos a asegurarlo así, no somos sexólogos.

Ahora respiramos, exhalamos y miramos las fotitos que datan de los años 70 y los 80.