La situación se pone cada vez más difícil para los argentinos. Luego de la devaluación, las petroleras suben abruptamente los precios de sus combustibles y hacen que viajar en auto sea cada vez más un lujo. 

La primera en establecer el aumento fue Shell, con un 12% promedio de aumento en todas sus estaciones. Y luego se acoplaron YPF y Axion, la primera con un 9% promedio, y la última entre un 10% y un 12%.

Con la disparada del dólar, las petroleras tuvieron que subir abruptamente los precios, cuando en un principio tenían pensado hacerlo en varios tramos hasta fin de año. Pero todo lo aceleró la crisis financiera.

El incremento se debe también a que comenzó a regir el impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC), fijado por la Administración Federal de Ingresos Públicos.