Con las boletas de gas y luz y celular que se acumulan debajo de la puerta, los argentinos se ajustan el cinturón para este verano. Y esa consecuencia ya se nota en algunas ciudades de la costa bonaerense, donde la tasa de ocupación no supera el 60 por ciento para el mes de enero. 

Por ejemplo, en Pinamar apenas se supera el 50% de reservas para enero, informó la periodista Belén Fernández para Ámbito Financiero. Según la cronista, el fenómeno se debe a al cambio de conducta de los viajeros "que optan por escapadas sólo durante los fines de semana". 

Además, otra explicación para por el retraso del dólar que convierte a los destinos del exterior como una opción más tentadora.

Para los que viven del turismo local es un combo letal. Por un lado, los sectores bajos, más afectados por la crisis, resignan el placer como forma de microajuste. Por el otro, los sectores medios altos, que pueden pagar pasajes aéreos en cuotas, eligen el exterior como destino. 

Lo cierto es que en las ciudades balnearias bonaerenses aseguran que no hay gran flujo de turistas para los primeros días del año, sino que la mayoría son los propietarios de los departamentos. Y es que quienes optan por viajar para recibir el 2018 lo hacen, la mayoría, a Punta del Este, Río de Janeiro y ahora surge con más fuerza Chile y Estados Unidos.

"La semana de las fiestas no nos mueve demasiado la aguja. En general los alquileres en esta época son pocos, vienen sobre todo los propietarios o amigos, familia de estos. En enero es cuando realmente comienza la temporada" explicó a este diario Eugenio Hoffmann, dueño de la inmobiliaria que lleva su nombre en Pinamar.