Para esta misma fecha pero del año pasado, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informaba que en el octavo fin de semana largo del año, 943 mil personas habían viajado por la Argentina generando ingresos directos por 1.386 millones en las economías regionales.

Para el fin de semana largo pasado, la Cámara indicó que fueron 940 mil las personas que viajaron por la Argentina, gastando 1.734 millones. Una leve caída en la cantidad de turistas pero, a primera vista, un significativo aumento del 25 por ciento en el gasto global.

Sin embargo, lo cierto es que, medidas de punta a punta en un período (noviembre de 2015 a 2016) signado por la escalada inflacionaria, esas cifras reflejan una realidad muy distinta: los argentinos han reducido significativamente sus gastos en turismo.

Si tenemos que la inflación interanual fue de aproximadamente el 45 por ciento, para que casi la misma cantidad de turistas (940 mil y 943 mil) cumpliera con un gasto similar, el total global del último fin de semana largo de este noviembre debió superar los 2.012 millones de pesos; no obstante, sólo llegó a los 1.734 millones: sólo un 25 por ciento más que en 2015.

Como resumen, vale advertir que, teniendo en cuenta la escalada inflacionaria de este año, se ve una fuerte caída en el consumo turístico de aproximadamente el 20 por ciento con relación al año pasado.

Desplome que se agudiza al saber que, según la misma CAME, las ventas –medidas en cantidades– fueron 5 por ciento menores a las del mismo feriado el año anterior.