Las Panaderías están pasando su peor momento de los últimos años. La merma en el consumo, las altas subas en los servicios públicos indispensables para trabajar, y el aumento desmedido de la materia prima, hizo que cada vez haya más locales cerrados, más desempleados, y más informalidad.

La Federación Argentina de la Industria del Pan decretó el estado de emergencia nacional del sector tras el cierre de 200 panaderías en 2018 y solicitó audiencia al presidente Mauricio Macri, advirtiendo que de no recibirlos cesarán el pago de impuestos.

Diario Registrado habló con Miguel Di Beta presidente de FAIPA.

"El sector está en crisis; cada vez se nos hace más difícil" aseguró el titular de la entidad a este medio quién detalló el conflicto: "Los costos que tenemos en los servicios públicos ya son imposibles de pagar: estamos hablando de la luz, el gas y el agua".

"Por otra parte el consumo se retrajo un 35% en los últimos tiempos" completó y es que debido a la crisis económica y a la perdida de poder adquisitivo de los trabajadores que los ciudadanos cada vez gastan menos.

"Tenemos muchas panaderías que bajaron la persiana y dejaron de ser comercios formales a trabajar en el mercado informal" confirmó Di Beta y a esta conflictividad debe agregarse que desde 2015 alrededor de mil panaderías cerraron sus puertas definitivamente.

"Además de todo esto nuestra materia prima: la harina, que es nuestro insumo principal, se incrementó el último año un 280% y pasó de valer en enero del 2018 $260 a en diciembre de ese mismo año $850" sostuvo y explicó que el sector está damnificado en todas las aristas posibles.

"Nosotros declaramos la emergencia y comenzamos a enviar cartas a los entes de electricidad, gas, y la parte previsional para que nos den una respuesta ante la imposibilidad de pago con un plan de moratorias. Y también le pedimos al presidente una reunión urgente para buscar una solución" detalló el presidente de FAIPA.