No tener control de precios. Mucho antes de que María Eugenia Vidal fuera gobernadora de la provincia de Buenos Aires decía en campaña que "no creemos en Precios Cuidados, no creemos en esa política". Sin embargo la suba de precios fue una ola difícil de sortear. Para finales del gobierno de Macri se especula que habrá acumulado una inflación del 270%. La semana pasada en un intento de lanzar un paquete de medidas populistas que aflojen la presión en los bolsillos de las clases más bajas lanzaron “Precios Esenciales”.

Mantener el cambio flotante. A esto se le entiende como el régimen cambiario en el que el valor de la moneda es fijado por el mercado sin intervención de las autoridades monetarias. "El dólar estará cerca de $16 si hacemos las cosas mal", advirtió Alfonso Prat Gay en octubre de 2015 antes de convertirse en ministro de Economía. Durante su gestión la divisa extranjera subió más del 100%. Renunció a finales del 2016. El Banco Central de la República Argentina que dirige Guido Sandleris controla el tipo de cambio a través de bandas de flotación; así y todo en la actualidad cotiza cerca de los 44 pesos.

Cumplir las metas inflacionarias del BCRA. “Que va a ser difícil. La inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar. En mi presidencia la inflación no va a ser un tema” dijo Mauricio Macri durante la campaña del 2015. En 2016 la inflación fue mayor a 40%, y en 2017 proyectaron una meta entre el 12% y el 17% y finalizaron ese año en casi 25 puntos. Sin embargo todo empeoró: en 2018 lejos de bajar cerró con 47% y para este año los números ya hablan del 40%.

Bajar las tasas de interés. Con un dólar por las nubes y con una inflación galopante el BCRA es una máquina de absorber pesos y no pudo cumplir con el cronograma de reducción de las tasas de interés. Después de la bomba de las Lebacs, llegaron las Leliq. En las últimas horas la entidad monetaria convalidó un rendimiento promedio de 67,89% anual en las licitaciones de este instrumento financiero.

Apostar a la “lluvia de inversiones”. Mauricio Macri creyó que desregulado algunos puntos de la Economía, Argentina se convertiría en campo fértil para los inversores internacionales. Sin embargo más que apostar al sector productivo, el país se llenó de fondos especulativos por las altas tasas de interés que ofrecían la posibilidad de hacer carry trade. Según informó el Indec el mes pasado en 2018 salieron del país inversiones por 47.532 millones dólares.

Eliminación de subsidios a los servicios públicos. En diciembre del año pasado el presidente de DEUCO, Pedro Busetti, aseguraba que "la luz aumentó entre 2015 y 2018 el 1912%". Además manifestó que "tenemos los cuatros servicios públicos esenciales para los argentinos en índices realmente inéditos”. Este incremento en los valores produjo un cierre de muchas pymes y comercios además de ahogar el poder adquisitivo de las clases medias y bajas. En el último anuncio de medidas “populistas” se aseguró que las tarifas de electricidad, gas y transporte no volverán a aumentar en lo que resta del año. En el caso de la luz los dos aumentos anunciados para el resto de 2019 serán absorbidos por el Estado nacional.

Eliminar las retenciones al campo. "Ya hemos dicho que vamos a quitar todas las retenciones, menos a la soja, que bajará gradualmente cinco puntos por año" dijo en octubre de 2015 el Presidente Mauricio Macri, sin embargo, en un intento de cumplir con las metas fiscales planteadas en conjunto con el FMI, el año pasado decía "las retenciones al campo son el último esfuerzo temporal". Entre otros cambios en el esquema, el gobierno anunció en agosto del 2018 que se suspende por seis meses la baja de medio punto de las retenciones a la soja.

Apostar al gradualismo. Criticado por derecha y por izquierda, el gradualismo suponía ir eliminando progresivamente el gasto estatal para lograr un equilibrio fiscal. Por un lado lo catalogaron de un “ajuste” atróz y por el otro de seguir conservando medidas populistas. Lo cierto es que el desorden fiscal continuó pese a los ajustes y la necesidad de endeudamiento externo ante la falta de ingreso de divisas extranjeras por la no llegada de las inversiones llevó al país a necesitar una vez más del salvataje financiero del FMI.

Apertura de las importaciones. El gobierno de Mauricio Macri buscó reducir las trabas burocráticas para la entrada de productos textiles, tecnológicos, manufacturas de fundición, de hierro o de acero, reactores, calderas, entre otros. El resultado fue desbastador para la producción local. En 2018 la actividad industrial argentina fue la más baja a nivel mundial según informó la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial. El INDEC ubicó en febrero la Utilización de la Capacidad Instalada en 58,5%, esto significa que más del 40% de la industria está paralizada.

Créditos UVA. En una intención de reactivar el mercado inmobiliario y de permitirle a las cláses trabajadoras tomar un crédito para acceder a su primera vivienda, el gobierno había lanzado los créditos UVA en pesos indexados a la inflación. Sin embargo solo el año pasado las cuotas aumentaron cerca de un 50%. El presidente del Banco Nación Javier González Fraga salió a decir que, en contraposición al dato anterior, las propiedades subieron hasta 100%. "Si hoy salieran a vender habrían hecho una inversión espectacular", afirmó. Lo cierto es que los tomadores de crédito no quieren vender la propiedad porque es la única que poseen y las cuotas se volvieron impagables ya que la suba de salarios el año pasado estuvo en promedio en un 25%.