La industria automotriz argentina atraviesa uno de los peores momentos de su historia reciente: la caída de casi el 50 por ciento en las ventas en los primeros dos meses del corriente año, la coloca al borde del colapso total.

Un relevamiento realizado por BAE Negocios indica que la producción está literalmente paralizada, ya que todas las terminales están realizando suspensiones, lo que afecta a más de 7.000 trabajadores del sector.

Hace pocos días, Renault suspendió a 1.500 operarios y paralizó su planta cordobesa hasta este viernes, con trabajadores cobrarán apenas el 75 por ciento de su salario, y la perspectiva de que la medida podría extenderse.

El Grupo PSA Argentina suspendió a 1.000 operarios por todo el mes de marzo, al paralizar la producción de su planta de El Palomar, donde ensambla modelos de Peugeot y de Citroen. 

Honda decidió suspender a más de 700 trabajadores por tres semanas en su planta de motos y por cuatro semanas en la de la camioneta HR-V, en Campana, todos a partir del 25 de febrero pasado.

General Motors viene suspendiendo personal desde septiembre del año pasado: alrededor de 1.500 trabajadores trabajan en suspensiones rotativas y cobran el 70 por ciento del sueldo, situación que se extenderá al menos hasta mayo.

Fiat Chrysler Automobile (FCA) ya venía con un régimen de suspensiones de lunes y viernes, afectando a unos 2.000 trabajadores, e Iveco, del grupo CNH Industrial, comunicó por su parte a sus proveedores que en marzo trabaja durante diez días.