“Alemania es un socio importantísimo para la Argentina”, dijo Mauricio Macri ante Angela Merkel. “Con mucho gusto” Alemania seguirá siendo socia de nuestro país, respondió la canciller alemana, que este jueves inició su visita a Buenos Aires.

Y ese “mucho gusto” no es para menos: desde hace una década, la balanza comercial entre ambas naciones es bastante desigual, con un fuerte perjuicio para la Argentina. En efecto, representa ingresos netos para los teutones de más de 1.700 millones de dólares.

El año pasado, Alemania fue el cuarto socio comercial de la Argentina, al cerrar la balanza comercial bilateral en 4.325 millones de dólares, lo que representó el 3,8 por ciento del comercio exterior argentino, según un informe de la Cámara Argentina de Comercio.

En tanto, las exportaciones argentinas totalizaron 1.272 millones de dólares, y tuvieron un retroceso interanual de 5 por ciento, mientras que las importaciones sumaron 3.053 millones, equivalentes a una baja de 2,5 por ciento.

Como dijo Merkel en Casa Rosada, donde acompañó al presidente argentino en conferencia de prensa, Alemania está "contenta de ser socia" del país "en un mundo de cooperación"; además, felicitó a Macri por "abrir la Argentina al mundo".

Insistimos: no es para menos. El déficit comercial también refleja otra desigualdad flagrante: el principal rubro exportado fue "animales vivos, y productos del reino animal",  mientras que las mayores compras a Alemania fueron “máquinas y aparatos, material eléctrico y sus partes”, “productos de las industrias químicas” y “material de transporte”.

Con Macri, como se dijo, se ha profundizado la ecuación de desigualdad: los europeos nos venden más tecnología y valor agregado, y a cambio se llevan –pero cada vez menos– ‘comoditis’ y productos básicos. Y así está la balanza comercial…