Un informe de la Unión Industrial Argentina alertó sobre el desaguase de la industria nacional durante la gestión de Mauricio Macri y las consecuencias que se verán a lo largo de una década.

"2019 finalizó con una caída de la producción industrial de -13,0% respecto de 2015 y de -17,5% respecto al máximo de 2011. En términos per cápita (computando el crecimiento vegetativo argentino) la caída respecto de 2011 fue de -24%. La industria necesitaría 10 años seguidos de suba al 4,0% anual para recuperar este nivel", sostiene.

Según la entidad empresaria, el 2019 fue el peor de los años de la administración Cambiemos con una merma del 6,3%, que llegó a un pico del 9,6% durante el primer trimestre del año para terminar desacelerándose a una contracción del 2,7% en el último trimestre.

"Este resultado refleja la fuerte contracción de la demanda interna con una caída del consumo privado del -7,8% (acumulado 3 trimestres de 2019) y del bajo dinamismo del mercado externo en un escenario de gran volatilidad macroeconómica con presión sobre el tipo de cambio, la inflación, la tasa de interés y los costos energéticos, tributarios y logísticos", indica.

A nivel sectorial, todas las ramas registraron caídas de la actividad en el año, excepto alimentos y bebidas cuya producción se recuperó un 2,7% por la mejora de la molienda, en particular de soja, tras la fuerte sequía de la campaña de 2018 y el incremento de las exportaciones de carne a China.

Por el contrario, las mayores caídas fueron en los sectores minerales no metálicos (-6,8%), metalmecánica (-7,5%), metales básicos (-8%) y en particular el sector automotriz (-32,5%), que registró el peor nivel de producción desde 2005.

Una de los agravantes que destacan de la crisis manufacturera, fueron los altos niveles de tasas de interés del 2019, que provocaron una caída interanual de los préstamos al sector privado en términos reales del orden del -23% para el total y del -30,5% para los préstamos en pesos.

Además de la débil demanda interna, también se observó una baja de las exportaciones sectoriales del 0,7%, a pesar de la histórica devaluación de la moneda. Entre ellas, el peor desempeño se vio en las exportaciones de manufacturas de origen industrial (-6,8%), donde el envío de vehículos descendió un 12,9% por la menor demanda brasilera.

Esto generó una disminución en la utilización de la capacidad instalada de la industria de 3,6 puntos porcentuales en relación a 2018 para promediar en un 59,4%. En tanto, el empleo registrado se contrajo un 5% y se ubicó en el menor nivel en más de 10 años.