Muchos gremios, como se sabe, suscribieron la llamada “cláusula gatillo” en las paritarias ante eventuales desfasajes entre los aumentos acordados y la inflación anual, con el fin de preservar el poder adquisitivo de los salarios ante las subas de precios.

Pero al Gobierno, que para este año puso un techo del 15 por ciento a las negociaciones en curso o por venir, hasta la “cláusula gatillo” le molesta, según expresó taxativamente el ministro Nicolás Dujovne.

“Si pudiéramos ir quitándonos de encima la cláusula gatillo sería más fácil el proceso de desinflación”, afirmó a La Nación el titular de la cartera de Hacienda, haciendo explícito que la intención macrista es que es “proceso desinflacionario” sea pagado exclusivamente por los trabajadores.

Hasta el economista ultraliberal Javier Milei debió reconocerlo (incluso a modo de denuncia): "El Gobierno quiere que todo el costo de tratar de mejorar la competitividad se pague con menores salarios (medidos) en dólares”.