Hoy se oficializó la noticia: los despidos superaron a las contrataciones en el mercado de trabajo del Brasil durante el primer mes de vigencia de la reforma laboral promulgada por el presidente Michel Temer.

Así lo informó el propio gobierno brasileño, donde el resistido ajuste legalizó el empleo intermitente y redujo el costo de las indemnizaciones, entre otros puntos perjudiciales para el conjunto de la clase trabajadora de ese país.

Una reforma, como se sabe, en la que se ha inspirado el gobierno de Mauricio Macri y el ministro Jorge Triaca en particular, con idéntico y presumiblemente fallido argumento: crear trabajo…

Pero, como se dijo, dicha reforma terminó destruyendo 12.000 puestos de trabajo en apenas un mes de vigencia. Y su gran impulsor, el ministro de Trabajo brasileño Ronaldo Nogueira, debió presentar la renuncia horas después de divulgada la estadística.

Mediante un comunicado oficial, el gobierno de Temer informó que Nogueira, que pertenece al conservador Partido Laborista Brasileño (PTB), argumentó motivos personales al presentar su dimisión.