En principio esta vez tampoco iba a ser parte de la reunión hasta que su entorno logró convencerlo de la necesidad de presentarse ante el mundo financiero en medio de la turbulencia cambiaria de Argentina. Incluso, cuando el viaje se decidió el Gobierno aún no estaba embarcado en la renegociación de metas para adelantar desembolsos del FMI para garantizar la capacidad de pago del país en 2019. La expectativa de la Casa Rosada es lograr que haya anuncio de un acuerdo con el Fondo entre mañana y pasado, y que el renovado convenio será amplio, es decir, el adelantamiento del desembolso de los u$s 30.000 millones y un extra de garantía que podría superar los u$s 20.000 millones.

Así, en términos políticos, ni Macri ni el mundo tienen la mirada puesta en el discurso que dará el martes por la tarde ante el recinto de la ONU. Esos mensajes presidenciales, que por protocolo siempre comienzan con el primer mandatario de Brasil, no son demasiado escuchados por el mundo económico y de hecho lo normal es que pocos estén escuchando en el recinto de la Asamblea, salvo que se trate del presidente de Estados Unidos o alguna otra excepción notable.

Macri viaja a Nueva York para otra cosa, según consignó Rubén Rabanal en el diario Ámbito Finaciero, "lo único que realmente importa es la agenda económica y los contactos con el gobierno de Donald Trump. Tan es así que Nicolás Dujovne adelantó un día su llegada para monitorear de cerca las negociaciones con el Fondo".

Cómo afectará el acuerdo a los jubilados

Según explicó el periodista económico Alfredo Zaiat en la edición de hoy de Página 12, el Gobierno avanza en el remate del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del sistema previsional  presionado por el FMI que le exige que se suba la edad jubilatoria.

Zaiat señaló que el artículo 117 del proyecto de Presupuesto 2019 sostiene que “los recursos del FGS destinados al pago del Programa Nacional de Reparación Histórica para Jubilados y Pensionados serán registrados como un recurso de capital de la Anses”. Como se agotaron los fondos extraordinarios provenientes del blanqueo de capitales para destinar a esos desembolsos, el gobierno propone que parte de los haberes se paguen con recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del sistema previsional. Como esa caja de los jubilados es un stock de activos y los pagos son un flujo, a medida que se vayan haciendo las liquidaciones el fondo se irá reduciendo. El objetivo del Gobierno es destinar, por lo menos, el equivalente del 0,4 por ciento del PIB proyectado en 2019 como “recursos de capital” de la Anses. La rifa de activos de los jubilados sumaría entonces 73.661 millones de pesos el año próximo.

La utilización del FGS para atender gastos corrientes del régimen previsional es una condición establecida en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En el memorándum que implicó un primer desembolso de 15 mil millones de dólares, para terminar en un rotundo fracaso lo que obligó a redefinir el acuerdo, se informa que el Gobierno va “a amortizar activos de los fondos de pensión…como un medio para ayudar a financiar el pago de jubilaciones”, a un ritmo anual equivalente al 0,4 por ciento del PIB. 

Zaiat sostiene tambieén que "el FMI tiene una obsesión con los jubilados. Su directora gerente, Christine Lagarde, no la oculta: “Los ancianos viven demasiado y es un riesgo para la economía global, hay que hacer algo ya”, afirmó a mediados del año pasado, cuando presentó un documento del organismo respecto al aumento de la esperanza de vida de la población y la exigencia financiera de los regímenes jubilatorios. La propuesta del FMI es el recorte de los haberes y el aumento de la edad jubilatoria".

Concretamente el FMI propuso tres medidas. Zaiat señala que "la primera ya fue cumplida por la Alianza Cambiemos, que fue la de cambiar la fórmula de movilidad para que aumenten menos las jubilaciones. Las otras dos están pendientes de concretar. Una es disminuir la tasa de sustitución (la relación del último salario del trabajador con el haber inicial) del actual 72 al 60 por ciento, lo que implicaría jubilaciones más bajas. Y la tercera, subir gradualmente la edad de retiro de las mujeres de 60 a 65 años en los próximos diez años. El objetivo final es una reforma integral que incluya la privatización parcial del sistema previsional".