El board del Fondo Monetario Internacional dio visto bueno a la tercera revisión del programa stand-by con la Argentina y autorizó el envió de USD 10.870 millones el desembolso más importante para este año.

El dinero, que llegaría en los primeros días de la semana próxima, es esperado por el Gobierno de Mauricio Macri como parte de la estrategia de garantizar la estabilidad cambiaria hasta las elecciones presidenciales de octubre. 

Cómo se anunció, a partir del 15 de abril comenzarán las ventas diarias de USD 60 millones hasta completar USD 9.600 millones en todo el año.

La hoja de ruta marca que para junio deberá mostrar mejoras en el sistema tributario y la operatoria de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Si logran achicar la evasión del IVA, se podría recaudar 1,2% del PBI más en el corto plazo, según los cálculos del organismo.

“Las nuevas medidas que considera la AFIP podrían mejorar el cumplimiento tributario en el mediano plazo. El diseño de un plan de mejora es una meta para junio de 2019 y debería incluir medidas para enfrentar los principales problemas en la administración impositiva”, señala el informe que presentó Roberto Cardarelli –líder del Staff Argentina– al directorio ejecutivo del Fondo este viernes.

Cuando se concrete el desembolso la próxima semana, el gobierno de Mauricio Macri habrá recibido 38.900 millones de dólares en menos de un año. La cifra representa alrededor del 70 por ciento del monto total del crédito.

“Las políticas de las autoridades que sustentan el acuerdo respaldado por el FMI están dando fruto. Hay indicios que la recesión ha tocado fondo”, afirmó la titular del organismo multilateral, Christine Lagarde.

 “El inicio de la carrera electoral puede incrementar la ansiedad del mercado, alimentando una mayor dolarización y salida de capitales”, indica el documento al contemplar posibles corridas cambiarias vinculadas a las elecciones presidenciales presidencial. Aunque renueva su confianza en el programa de austeridad y reformas, el Staff Report sostiene que existen “riesgos significativos” sobre la sustentabilidad de la deuda externa.

El FMI advierte que frente a un shock similar al de 2018 –devaluación, caída de la actividad y aumento en las tasas– la deuda externa puede escalar hasta el 150 por ciento del PBI.