Según las estadísticas oficiales, el precio de la carne aumentó un 46,6 por ciento respecto de los primeros del año pasado, lo que puede explicar en cierta medida la fuerte caída en el consumo que, por cierto, también se verificó en la producción de carne vacuna.

Ello, claro está, se combinó con la fuerte depreciación de los ingresos de los trabajadores a partir de la devaluación efectuada por el Gobierno Nacional, a la que se sumaron los sucesivos tarifazos también decretados por Mauricio Macri. 

Según difundió este miércoles la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), el consumo cayó un 6,3 por ciento en los primeros cinco meses del año respecto del mismo período de 2015, ubicándose en 55,7 kilos per cápita y por año; esto es, el peor registro de los últimos cinco años.

La producción de carne vacuna acompañó la caída en el consumo: 1.076 millones de toneladas entre enero y mayo de 2016, lo que representa un retroceso de 5 por ciento interanual.

El mes pasado, esa cámara daba cifras similares en lo que hace a la pérdida del poder adquisitivo de la población, informando que el consumo de carne vacuna retrocedía 5,2 por ciento en el primer cuatrimestre del año con reslación al mismo periodo de 2015.