Si hay un sector beneficiado por el gobierno de Mauricio Macri, esos son los empresarios rurales ya que uno de los impuestos que sí se bajó fue de las retenciones al agro. Dato no menor es que el auto más vendido fue la camioneta Hilux, el fetiche de los acaudalados empresarios de las boinas y las bombachas largas. 

Pero los muchachos de los grandes espacios veredes, tienen claro cuál es su política: generar la mayor ganancia posible, sin reparar en el resto. Es por eso que, igual que hicieron durante el kirchnerismo, el campo no entrega los granos a la espera de que haya una mayor devaluación del peso, que les dé todavía mayores dividendos. 

Informa el sitio El Destape que el sector pagó 67.180 millones de pesos en retenciones en lugar de 115.195 millones de pesos que hubieran significado la no quita de impuestos para el sector. Después nos preguntamos por qué son 'necesarios' los tarifazos. Lo que no paga este sector, ahora lo tiene que poner el pueblo en su conjunto, sin importar cuánto ganen por mes los trabajadores. 

A la espera de que el dólar suba, que sería tras las elecciones, es lo que dejaron entrever desde el gobierno, la liquidación de divisa, es decir, la venta de granos al exterior, volvió a retroceder hasta alcanzar un piso de 4344 millones de dólares, un 15,8 por ciento menos que el año pasado y un 9,4 por ciento que en 2015.

"En los períodos previos a cada devaluación se manifiesta, como contracara, una fuerte retención de cosecha protagonizada por grandes exportadores", advierte el informe del CEPA elaborado por Hernán Letcher y Julia Strada, y publicado en el diario Página 12.