El swap, firmado el 18 de julio de este año, es un intercambio de monedas entre los dos bancos centrales: la Argentina entrega pesos por una determinada cantidad de tiempo, y China compensa ese dinero con un monto equivalente de yuanes.

Así, Argentina se convirtió en uno de los 24 países con los que la República Popular China suscribió acuerdos de swap de divisas a través de sus bancos centrales.

El titular del Central, Alejandro Vanoli, señaló: “La Argentina ha demostrado que tiene capacidad de acceso a financiamiento para atender, complementando los recursos propios, sus pagos comerciales y financieros externos”.

En consecuencia, el país dispone de un equivalente a U$S 814 millones más en sus arcas y las reservas llegan así a 28 mil millones, y así muestran una notable recuperación. En tanto, el Banco Central argentino acreditó a favor de su par chino el monto equivalente a aquel primer tramo en moneda nacional, es decir, poco más de 6900 millones de pesos.

Vanoli explicó la solicitud de los tramos siguientes del swap por parte de la Argentina dependerá de la necesidades y la evaluación de las condiciones del mercado internacional.

Según Ramiro Castiñeira, de Econométrica, el stock de reservas internacionales del BCRA este año cerrará en un nivel cercano al actual porque "los únicos pagos fuertes son los de la deuda, y en lo que queda del año no quedan vencimientos fuertes".

Tal publica Página/12, "el martes por la noche (de Buenos Aires) la Presidenta argentina levantó el teléfono y le transmitió al primer ministro chino, Xi Jinping, la necesidad que tenía Argentina de contar con los recursos de un primer tramo del swap".

Para Aixa Ratta, del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular, "el acuerdo con China fortalecerá las reservas monetarias y le quitará presión al dólar", al tiempo que destacó que el ingreso de yuanes permitirá comercializar con el gigante asiático "sin la necesidad de utilizar dólares".

En resumen, la activación del swap de monedas entre nuestro país y el chino demuestra que hay alternativas para pensar las finanzas de manera diferente a la de la lógica del Fondo Monetario Internacional.