Durante todo 2017, el Gobierno buscó combatir el alza inflacionaria a través de las altas tasas de interés pagadas por el Banco Central, buscando captar el flujo de circulación y así evitar que fuera al consumo. En muchos sentidos fue una búsqueda infructuosa, pero se cree que, al menos, así la contuvo.

Pero cuando se impuso para este año un objetivo de inflación del 15 por ciento al tiempo que reducía las tasas del Central, y teniendo en cuenta una inflación para enero cercana al 2,5 por ciento, todo los analistas coinciden en que esa meta del 15 es irreal.

De hecho, el diario especializado Financial Times pone el énfasis en la “alarma” que se encendió cuando el BCRA redujo a 27,24 por ciento las tasas de LEBAC a corto plazo y a 27,25 por ciento las tasas del corredor de pases a 7 días.

Decisión que "tomó a muchos en la comunidad financiera por sorpresa", pues se trata de una decisión para nada compatible con la meta inflacionaria prevista por el Gobierno, tornándose poco atractiva para los inversores.

"Surgen dudas sobre la capacidad de alcanzar la meta de inflación luego del recorte en la tasa de interés" efectuada por la entidad financiera, advierte el columnista Benedict Mander en el artículo titulado "Suena la alarma por el cambio en el Banco Central".