Así lo develó un informe de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet), que da cuenta de la crisis que atraviesa el sector. Entre agosto de 2015 y agosto de 2016 hubo una caída del 32% en la cantidad de espectadores.

En términos de recaudación, la baja representa entre el 8 y el 12 por ciento, teniendo en cuenta que la comparación es con la inflación de hace un año atrás. 

Sebastián Blutrach, de la sala El Picadero y presidente de la entidad, dice que "el clima es preocupante", en una nota a La Nación. En tanto, Carlos Rottemberg, también consultado y consideró que los efectos se sentirán todavía más en 2017, ya que se verá una baja en la producción. Habrá menos estrenos y menos apuestas.

En una fuerte comparación con la peor etapa reciente del país, las estadísticas de Aadet muestran que el año 2000, en la Ciudad de Buenos Aires se vendieron 2 millones de entradas, mientras que en 2001, año de la crisis, la venta bajó un 40 por ciento. La recuperación del país en hizo que la venta fuera creciendo año tras año hasta llegar a los 3 millones de entradas. Pero 2016, la venta de entradas empezó a bajar de manera preocupante. 

La caída en el gasto en salidas y consumos culturales de los argentinos, se explica principalmente por la pérdida del poder adquisitivo, que obliga a achicar gastos en todos los sectores sociales. 

"Los indicadores económicos dan cuentan de una retracción del consumo en general, nuestra actividad es hipersensible a esa variable. Cuando la gente tiene menos plata en el bolsillo limita la cultura, el ocio y el entretenimiento, y privilegia el supermercado, la salud y la educación. Tuvimos un primer trimestre bueno y, a partir de ahí, comenzó la caída. Sumado a eso, no pudimos aumentar el costo de las entradas. La recaudación en agosto fue un 12 por ciento menor que la de agosto del año pasado. Si a eso le sumás el 40 a 42 por ciento de inflación interanual, nominalmente bajamos un 50 por ciento la recaudación", explicó al respecto, el titular de Aadea.