Marcelo Capello y Vanessa Toselli del instituto IERAL consideraron que "entre los trabajadores situados en la formalidad hay 8,5 millones de personas cuyas retribuciones no alcanzan a ser gravadas por el impuesto a las ganancias, pero muchos de ellos tampoco están en condiciones de acceder a la tarifa social".

"Esta extensa franja podría ser compensada por cambios en el régimen de asignaciones familiares, pero esto no ha sido contemplado hasta el momento", aseguraron.

Los especialistas analizaron que "si el bono de fin de año de $2000 alcanzara a todos los trabajadores, se daría la siguiente situación para el balance del año: un asalariado casado con dos hijos que cobra $13.000 mensuales (brutos), tendrá una caída en términos reales de 4,3% interanual en su poder adquisitivo".

"En otro caso, con ingresos de hasta $26.000, la pérdida sería de 5,0%. En cambio, para franjas superiores alcanzadas por impuesto a las ganancias, habría una mejora de entre 4 y 6%, por efecto de la suba del mínimo no imponible", dijeron.

Mientras que evaluaron que "está fuera de discusión el bono de $1000 otorgado por única vez para jubilados y pensionados con haberes cercanos al mínimo, así como para familias que perciben la Asistencia Universal por hijo".

En otro sentido, los analistas Valentina Rossetti y Lucio Dipré evaluaron las importaciones y el nivel de actividad industrial. Analizaron que "si bien en lo que va de 2016 ha aumentado la competencia externa para diversos sectores fabriles, aún se mantiene por debajo del nivel alcanzado en años previos a la introducción de los cepos al cambio y al comercio exterior".

Para los autores del informe, "las importaciones de productos textiles, medidas en volumen, se encuentran un 24 % por debajo del promedio de 2010-2011, las de electrónicos y electrodomésticos son inferiores en 22 %, las de autos un 18 % y las de juguetes un 12 %".

(Fuente Ambito.com)