Cada día, 230 vehículos deja de usar GNC, ya que su precio ha subido tanto que casi se empareja con el de las naftas.

De hecho, en seis meses aumentó el 125 por ciento, mientras que el combustible líquido sólo subió un 10 por ciento desde abril último.

“Al cambiar las tarifas, la gente dejó de demandar equipos y la actividad se paralizó", comentó al respecto Hugo Lamy, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos Completos de Gas.

Además advirtió sobre el efecto que ello tiene sobre el empleo: "La industria está tratando de mantener los puestos de trabajo, pero se complica. Ya hubo despidos en muchos talleres y otros debieron cerrar”, precisó.