47,6% fue el número que el Gobierno se anima a admitir a través del Indec respecto de lo que fue la inflación de todo el 2018. Es la mayor marca desde 1991, último año antes de que el entonces presidente Carlos Menem anunciara la convertibilidad entre el dólar y el peso, que duró hasta principios de 2002.

En efecto, antes de la entrada y después de la salida de la convertibilidad fueron dos de los años de mayor inflación. Pero lo que logró Mauricio Macri no tiene precedentes en los útlimos veintisiete años. Desatar una inflación insólita y una devaluación brutal cuando la gestión anterior había dejado un país ordenado y sin deudas.